OBRAS INCOMPLETAS

VOL I

La sombra es el reverso del reflejo




I


He esperado tanto para escribirte que olvidé casi todo lo que quería contarte, pero con el tiempo empiezo a pensar que lo que olvidamos, como lo inexpresable, forma parte de nosotros de una forma más profunda que todo lo que podemos poner en palabras o imágenes. 


II


Hace poco volví a recordar que hace años tuve una visión. Se trató simplemente de una silueta, una figura humana completamente negra. Sentí que en ella se condensaban todas las penas, todo el miedo, todos mis sueños abandonados a lo largo de los años. por un momento supe que esa silueta representaba mi propia sombra, mi oscuridad, la parte de mi mismo que no soy capaz de mirar.



III


Ese mismo año, estuve en la India para grabar mi primera película. Aunque no tenía pensado ningún argumento. En un principio, el argumento de esta película era simplemente encontrar su propio argumento. 



IV



Años antes de mi viaje había oído hablar de un peregrino que creía en la reencarnación de las almas. Decía que, para él, el sentido de esta vida era ser la última. Hacía años que no tomaba ningún medio de transporte porque sentía que su alma no podía seguir a su cuerpo.



V


Paradójicamente, fue precisamente en el tren de mumbai donde yo encontré mi lugar en el mundo. Un lugar en movimiento rodeado de desconocidos. En aquel momento sentí que estaba cumpliendo con el sentido de mi existencia: estaba viajando por el mundo haciendo por fin esta película.


Pero entonces, justo después, pasó algo que nunca podré olvidar:


En el tren de Mumbai me vi a mí mismo en otra persona. De alguna forma sabía que era yo. Por un momento sentí que de alguna forma todos somos lo mismo.


No era la primera vez que me pasaba algo parecido. Me recordó una vez cuando era niño, que creí haberme visto a mí mismo de viejo, como si se hubiera plegado el tiempo o se hubiera reencarnado en mí antes de abandonar su cuerpo.


Pero en esta ocasión, en el tren de Mumbai, esta persona me habló. Me dijo que le recordaba mucho a un buen amigo de su tío. En aquel momento no supe qué contestar.



VI


Ahora hace ya tres años que he vuelto, pero todavía no he conseguido dar un orden a las imágenes que traje.


Es por esto que te estoy escribiendo. Pensé que quizá tú podías ayudarme. Porque al fin y al cabo escribir, como grabar, consiste en hablar fuera de lugar. Y te estoy hablando a ti precisamente porque me estás escuchando. Quizá tú puedas encontrar el argumento de estos fragmentos. Siento que llevo toda mi vida buscándote. Y si me queda alguna esperanza en esta película, es que me ayude a encontrarte. 



VII


Después de aquel encuentro, pensé que esta película podía tratar sobre un personaje universal, un personaje que pudiera ser representado por cualquier persona. Pero últimamente pienso que lo que nos hace iguales es que todos somos distintos, como si se tratara de una paradoja. Como si la esencia del ser humano solo pudiera encontrarse en sus diferencias. Como si sólo pudiéramos averiguar quienes somos realmente a través de la mirada de otra persona. 



VIII



Una mañana me pareció verte, pero no podías ser tú. Desde entonces me obsesioné con la idea de encontrar, en un lugar tan lejano, a alguien parecido a un conocido. Como si esta coincidencia pudiera ayudarme a entender porqué me sentí tan conectado con alguien que ni siquiera conocía. 



Incluso llegué a pensar en la posibilidad de haber nacido en otro lugar. Éste podía ser mi tío. Mi abuela. Mis amigos del barrio. Éste podía ser yo. Me pregunto cómo podemos llamar suerte al hecho de nacer en un lugar o en otro. Me pregunto porqué me cuesta tanto mostrar esta imagen, aunque sea para identificarme con ella.



IX


En Varanasi hablé con un gurú que había estado en Europa. Decía que en Occidente la gente estaba muerta y era pobre por dentro. En la India, la muerte, como la pobreza, está fuera, no hay muros entre la vida y la muerte, es todo un espectáculo.


Para él era muy simple la idea del intercambio de los bienes materiales de Occidente por lo espiritual de Oriente. Pero yo siento que al entrar en contacto, se crea una especie de escaparate.


En los crematorios del Ganges, no se puede grabar por miedo a que esas almas queden atrapadas y no puedan reencarnarse. Solo al ver de nuevo esta imagen, en el último fotograma, pude empezar a comprender donde residía mi dificultad para volver a encontrarme a mí mismo en otra persona.


Si quieres grabar en los alrededores siendo un turista, sentirás que debes pagar un tributo.


Al parar esta imagen, siento que me devuelve una pregunta que no puedo contestar. No quiero simplemente mirar a otra parte. Pero solo el privilegio de esta decisión conlleva una responsabilidad. 



X


En Calcuta, una amiga me habló de la idea de que todos somos espejos. Pero ¿qué sucede al colocar un espejo enfrente de otro? En alguna ocasión, me hablaron de los ermitaños que meditan durante años en las montañas. Dicen que si te cruzas con su mirada, parecen reflejar la verdadera esencia del ser humano. He pensado ir a buscar esta mirada, que éste podía ser el argumento final de esta película. Pero algo me dice que esta mirada no puede grabarse.



XI


Poco después escuché que la mente de Buda es como un espejo que refleja todo mil veces más nítido que cualquier otro, pero nunca nada se queda sobre él.



Entonces no pude evitar preguntarme porqué hacer esta película. ¿Por qué empeñarse en capturar un momento en vez de vivirlo como si fuera el último? ¿Por qué no dejar la cámara y cruzar la calle?


Desde aquel momento dejé de grabar y empecé a hacer fotografías. 



XII


Sentía que era la única forma de devolverte el tiempo que te había robado, porque en la fotografía tú decides cuándo dejar de mirarla.


Al hacer fotos podía entrar en un contacto más profundo con quien tenía enfrente. Como si capturar menos tiempo dejara más espacio al verdadero encuentro.


Pero mi cámara estaba rota y a veces, la foto se perdía. Era una cuestión de casualidad. A veces funcionaba. Pero a veces no. 


Entonces, a veces, cuando dejaba la cámara y miraba a la gente que tenía a mi lado, entendía lo que había pasado  en el tren de mumbai cuando me vi a mi mismo. De repente sentí que la empatía es una fuerza que nos supera cuando le abrimos las fronteras de nuestra identidad. Por eso nos da miedo. Igual que la oscuridad. Igual que esta imagen en negro que deja de ser una imagen. Evoca una pérdida porque supone una entrega.



XIII


Durante todo mi viaje he buscado la forma de encontrar una posición respecto a la pobreza, una manera de mirarla a la cara. Pero no la he encontrado. 

Sólo con el tiempo empiezo a comprender que si no podemos afrontar la miseria, si no podemos entender la oscuridad del ser humano, es porque no estamos dispuestos a mirar la nuestra: esa sombra que siempre nos acompaña, esa sombra siempre nos está esperando.



XIV



Observando esta imagen comprendí porqué no lograba montar las imágenes que traje de la India. La imagen que faltaba era la mía: la imagen que ve quién está enfrente y me asegura que yo también formo parte del espectáculo. Entonces entendí que era yo quien buscaba ayuda porque todas esas manos vacías reflejaban la mía. Porque todo lo que somos son espejos con memoria y lo único que podemos hacer para llegar a vernos es limpiar nuestro reflejo.



XV


Desde que empecé este viaje me he estado preguntando si era legítimo enseñarte las miradas que había encontrado a mi paso. Si era legítimo estar en un lugar donde la gente no podía venir tan fácilmente a visitar el mío. Esta duda me vuelve constantemente. Desde entonces no he podido volver a viajar. Lo único que puedo hacer es compartirla. 


Solo ahora empiezo a comprender que la forma más honesta de encontrarte con una película es hacerla contigo. Supongo que por eso el argumento de esta debe seguir siendo una especie de acertijo: no una respuesta, sino una pregunta. Solo espero que tú puedas entenderla. Es tan simple que siempre se olvida.





XVI


Sólo hacia el final llegué a pensar que el destino de todo viaje es el hogar. Puede ser el lugar de donde somos, puede ser el lugar a donde vamos, pero también puede ser este preciso instante del que todos formamos parte, este momento que hacemos nuestro a cada paso para después volverlo a abandonar.



FIN